Lo primero es cuándo vas a ir.
En otoño, invierno y primavera, la ciudad huele de forma especial. Es olor a New York. Cada barrio además tiene el suyo.
Prueba a ir a un club de jazz pequeñito tipo el Vanguard o alguno próximo. Sube al Empire State, si puede ser el primer día, con el plano en la mano.
Pasea por Central Park. Ojo con los cacos. Tómate un Té en el Plaza después. Compra en Bloomingdales, recórrete Macys, entra en el Guggengeim, y luego enfrente al museo de arte. Otro día al de historia natural. Es una pasada, al otro lado del Central Park. Ve a la bolsa en día de trabajo, (justo al lado de la "zona cero" vaya), visita el mercadito (Fulton Market) que está frente al "Peking", velero, clipper de finales del siglo XIX. Come en la calle en un puesto de "perritos", en un chino, en una pizzería americana, y si puedes en un restaurante (mejor cena). Lleva cuidado; hay algunos que no sirven vino. Infórmate antes. Si tienes tiempo cruza andando el puente de Brooklin al atardecer y haz fotos, y para perder el tiempo vete a la estátua de la libertad (que no vale la pena). Luego vuelve feliz con ganas de volver. Si te atreves introdúcete algo más allá de la calle 97, pero ten cuidado, es el Harlem, que vale la pena pasear siempre que sepas lo que haces.
Que te lo pases bien.